La conciencia del espectáculo dormido mantiene en vilo la suprarenal del espectador propagandista. Yo soy ahora tu ventilador amarillo y con escasos propósitos soy ajeno a casi todo. El ruido de la manutención del miedo afuera todo el mundo es uno mientras las cosas conspiran en silencio.
(Se oyen disparos en la calle pero no pasa nada todavía)